Nací en Jovellanos, Cuba, y me mudé a los Estados Unidos en 1998, buscando un futuro mejor lejos de un sistema gubernamental opresor. Me establecí en Tampa, donde mi pasión por la medicina comenzó a florecer. Desde pequeña, jugué a ser doctora con mis muñecas, inspirada por el trabajo de mi madre en un hospital local. Me gradué con un título de Doctor en Medicina en 1994 y enfrenté desafíos en EE. UU. debido a barreras en el idioma y responsabilidades familiares. Después de que mis hijos crecieron, regresé a los estudios para convertirme en enfermera calificada para ejercer medicina, ansiosa por ayudar a otros a sanar y manejar enfermedades crónicas. Un buen día en el trabajo para mí es aquel que fluye sin contratiempos, sin importar la carga de trabajo. Es un día en el que puedo dedicar tiempo de calidad a mis pacientes, educándolos sobre sus condiciones y la importancia de los exámenes preventivos. Me esfuerzo por asegurar que mis pacientes se sientan valorados y cuidados, ya que son el corazón de lo que hacemos en Sanitas. La excelencia en la atención al paciente es nuestra principal prioridad, y estoy aquí para atender las necesidades de salud con compasión y dedicación. Cuando me quito la bata, disfruto pasar tiempo con mi familia y mantenerme al día con los avances en medicina.