Nací en Santiago de Cuba. Llegué a Estados Unidos en 2017 en busca de mejores oportunidades para mi familia y para mí, y desde entonces he estado comprometida con la idea de ayudar a los demás. Desde pequeña supe que quería dedicarme a la medicina porque siempre me ha gustado ayudar a las personas a sentirse mejor. Soy muy empática y sensible ante las preocupaciones de cada paciente, y no hay nada más gratificante para mí que ver a mis pacientes mejorar y recuperar su salud. Para mí, un buen día de trabajo se basa en establecer una relación de confianza con mis pacientes. Me tomo el tiempo para escuchar sus inquietudes y trabajar junto a ellos para crear un plan de tratamiento personalizado que brinde resultados positivos. Creo firmemente que cuando los pacientes se sienten escuchados y bien atendidos, eso marca una gran diferencia en su proceso de recuperación. En Sanitas, voy a apoyarte en cada paso de tu camino hacia una mejor salud. Cuando me quito la bata, disfruto pasar tiempo con mi familia, que es lo más importante para mí.