En Sanitas ayudo a mis pacientes a sentirse mejor brindándoles la mejor atención y enviándolos a casa con una sonrisa. No todas las enfermedades se pueden curar con medicamentos —un simple toque puede marcar una gran diferencia en cómo se siente un paciente, y la tranquilidad sincera y la calidez en una voz lo refuerzan. Un buen día de trabajo es cuando un paciente enfermo se siente mejor y he podido hacerlo sonreír. Nací en Quezon City y crecí en Manila, Filipinas. Emigrando en busca de mejores oportunidades de capacitación y trabajo, aterricé en New York y luego me mudé a Tallahassee. Hablo inglés y tagalo. Me apasiona cuidar a las personas, escuchar sus inquietudes, aprender de sus historias y brindarles orientación sobre salud y bienestar. Disfruto el desafío de aprender cosas nuevas y luego compartirlas con mis pacientes para que puedan vivir de manera más saludable. Cuando no estoy trabajando, paso tiempo con mi familia y disfruto cocinar para ellos. También me gusta jugar al golf para relajarme, liberar mi mente y disfrutar de la naturaleza.