Qué dice la evidencia científica acerca del codo de tenista?
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La epicondilitis lateral, conocida como codo de tenista, es una condición que consiste en dolor en el área de inserción de los tendones a nivel del área de afuera (lateral) del codo. En esta condición existe una degeneración a nivel de esa inserción del tendón, lo que debilita y produce estrés en el área.
Las causas posibles de codo de tenista se dividen en por sobre uso y traumáticas. Las de sobre uso pueden ser por el trabajo, pero no siempre es el caso. Estas aparecen por uso repetitivo de brazo afectado como lo harían las personas que se dedican a cortar carne, a la plomería, a la mecánica, a la pintura, etc. La causa traumática, que es la menos común seria por ejemplo debido a un golpe fuerte en el área anatómica el cual ocasionara degeneración del tendón.
Los síntomas de codo de tenista incluyen dolor en el codo el cual se irradia hacia arriba del codo o hacia abajo del codo (antebrazo), o debilidad del antebrazo. El dolor puede aparecer de repente o puede ir apareciendo progresivamente. También es posible que se desarrolle debilidad en las actividades que requieran fuerza por parte del músculo afectado.
Esta condición es usualmente diagnosticada basada en la presentación clínica y el examen físico. No es necesario ordenar ningún examen como ultrasonido o resonancia magnética para ver el tendón degenerado. Sin embargo, muchas veces se ordenan radiografías del codo para ver si hay calcificaciones o artritis presente.
Existe una gran variedad de tratamientos que se ofrecen para tratar esta condición. Desafortunadamente la evidencia científica que existe es pobre en general, lo que crea confusión y controversia. En este artículo voy a discutir las recomendaciones basado en el soporte científico.
Si esta condición se deja sin tratamiento los síntomas usualmente duran entre seis meses y dos años. Es importante como parte del tratamiento evitar hacer la actividad que provoca los síntomas. En el caso de un atleta parte del tratamiento es corregir la mala mecánica del brazo que llevó a este problema.
Como parte del tratamiento se puede aplicar un brazalete o soporte de contra fuerza a nivel del antebrazo para hacer resistencia al tendón y evitar el estrés repetitivo de este. Estos soportes son especialmente útiles durante las primeras seis semanas del tratamiento y son baratos. Estos se deben colocar a un nivel de aproximadamente seis a diez centímetros por debajo del codo.
Los programas de terapia física bien diseñados son bien útiles en el manejo inicial de esta condición. Es muy importante seguir las indicaciones del médico tratante de ir a al centro de terapia física y de realizar los ejercicios indicados para hacer en la casa, ya que esto no solo sirve para tratamiento, pero también para prevención de daño adicional. Esta receta de terapia física y los ejercicios se pueden conseguir a través del médico primario y no hay necesidad de ir al especialista para obtener esto y empezar el tratamiento.
El uso de los anti-inflamatorios fue por muchos años el manejo principal de esta condición. Sin embargo, este tratamiento fue basado en poca evidencia científica y ahora que se conoce que el problema es de degeneración y no de inflamación como se creía antes, el uso de los anti-inflamatorios ha perdido peso y existe controversia en el uso de estos.
La evidencia científica indica que el uso de las inyecciones de esteroide en el área afectada para codo de tenista mejora los síntomas y produce alivio por un período limitado que es usualmente alrededor de seis semanas, pero no previene la recurrencia, y además puede empeorar el pronóstico a largo plazo.
Algunos médicos inyectan plasma rico en plaquetas (PRP) con la teoría de que las plaquetas ayudan a reparar la degeneración que existe, y han demostrado buenos resultados con este procedimiento. Sin embargo, este es un procedimiento que típicamente no es cubierto por los planes de salud aquí en el país, lo que podría ser muy costoso para el paciente que requiere varias inyecciones de PRP.
Algunos médicos aplican ondas acústicas en el área afectada con la esperanza de que esto ayude a regenerar el tejido degenerado. Sin embargo, la evidencia actual para este tratamiento no es convincente y aparte de eso es usualmente un proceso incómodo para el paciente.
La cirugía es solo recomendada cuando el dolor es incapacitante y el paciente no responde a los otros tratamientos, y cuando los síntomas llevan más de seis a doce meses. La cirugía consiste en remover el pedazo de tendón degenerado.